Con el apoyo de CONFIANZA SA-FGR, Lucas Orlando Galo pasó de ser motorista de la ruta urbana en Tegucigalpa, a tener una buena producción de hortalizas en Linderos, Maraita, Francisco Morazán
La angustia por la cuarentena y la falta de ingresos, durante la pandemia de la Covid-19, lo llevaron a dejar el transporte urbano y con el apoyo financiero oportuno de una financiera y el aval de CONFIANZA SA-FGR pudo emprender cultivos agrícolas y crear empleos.
La pandemia lo regresó al campo, porque necesitaba obtener ingresos y cuando llevaba tres meses estaba desesperado y en vez de estar de balde (sin empleo) empecé a sembrar hortalizas y me gustó”, narra.
Galo Alvarenga explicó que “comenzó en cero, hasta los machetes tuve que ir a sacar fiados en la ferretería, en tiempos de pandemia los ahorros se habían terminado, nos hicimos de un motor, de bombas para fumigar, conseguimos con un primo dinero para construir una laguna”.
Actualmente es propietario de una parcela pequeña, pero altamente productiva, Galo Alvarenga tiene cuatro trabajadores permanentes y hay temporadas en las cuales requiere entre diez y 15 empleados más.
EL AVAL
Agradece a Dios y sus primos y el amigo porque ocupaba apoyo económico para pagar empleados y comprar un camión, entre otros insumos y logística y un asesor de la financiera le explicó del aval de CONFIANZA SA-FGR.
“Yo le dije: echemos para delante y aquí estamos, montados en el macho y tenemos que jinetearlo”, se alegra.
“Con tal aplique al crédito, en Confianza rápido le van a resolver, ellos son personas muy accesibles y sin mucha cosa con tal la persona esté apta para aplicar al crédito, rápido le resuelven”, asevera.
Entre sus logros figura el camión que le ayuda a acarrear el abono y otros materiales, así como entregar productos al supermercado.
Logró construir una laguna de cinco metros de profundidad y se abastece de un pozo familiar y con un motor eléctrico bombea el agua que le permite producir en verano.
En invierno dispone de más agua y la aprovecha para diversificarse de tal manera que también cultiva tomates, maíz, frijoles, (suchine), cebolla y va conociendo otros mercados.
“El cultivo de tomate es benevolente, ya que en 70 días sale la producción”, destaca, al tiempo de relacionar que mediante su producción ha logrado crear empleos y contribuir a dinamizar en parte la economía de su zona.